Después de un fin de semana de copas, comida, play, chimenea y campo en una casa rural en Grazalema, Cádiz, con mis amigos de la facultad, uno tiene almacenadas varias bromas y situaciones endógenas de esas que en tu grupo son la hostia pero que fuera no se ríe nadie. De esas que dejaremos de decir en un par de semanas porque las vamos a explotar. Somos así de pesados. Sobre todo yo. Pues bien, una de ellas es el noísmo, decir a todo que no como forma de pasarlo bien. Que uno dice algo, pues los demás gritan nooooo sin sentido ninguno. Así de tonto, así de genial harto de Barceló con Limon&Nada de Minute Maid. Pues hoy, día de propósitos, voy a hacer los míos basándome en la teoría noísta: No pienso apuntarme al gimnasio, ni comer y beber menos, ni leer más, ni ver a los amigos a los que más perdidos tengo. Por supuesto no pienso mejorar mi inglés e italiano, ni viajar más ni hacer las cosas un poco más fáciles, sin comerme tanto la cabeza. No voy a hacer nada de eso. Nooooooo. Maaaaal todo. Noísmo. Nihilismo a nuestra manera. (A ver si así hago algo, porque las uvas nunca me han ayudado...)PD: Lo sé, una foto mía en una cabina de Glasgow con cara de loquito no pega nada aquí; pero, ¿cómo se ilustra el noísmo? pues así mismo...
Banda Sonora: Vamos a poner a una noísta yonki, genial y elegante a la vez. La ínclita Amy Winhouse con este precioso You Know I'm No good. No, no y no.





Desde hace meses los guionistas de las productoras norteamericanas están en 



