domingo, 21 de octubre de 2007

A Santiago de Chile

Y mañana, a Santiago de Chile. Me espera un lunes largo, muy largo. Un día que terminará el martes por la mañana (por la tarde en España) cuando aterrice en Santiago de Chile. Es mi segundo viaje para Andaluces por el mundo. 8 días en la capital del smog. Más de una semana de trabajo, de mucho trabajo, sobre todo de trabajo, aunque muchos me digáis que en los viajes no se trabaja... También habrá tiempo para conocer, y bien, la capital de un país del que se hablan maravillas, y al que tendré que volver para recorrerlo de norte a sur y comprobar que es un pequeño universo donde los pingüinos comparten bandera con el calor, los Andes y La Polinesia. Mi estancia se limita a Santiago, una metrópoli con su propio Manhattan, en la que según dicen, viven sudamericanos de espíritu alemán. A la vuelta os cuento.

Italia, de nuevo Italia

Y tanto se miraron el ombligo, tanto se dijeron durante todo el año, tanto perdieron el tiempo en luchas internas...que llegó Ferrari, a la italiana, es decir, haciendo las cosas bien y sin desgastarse en debates estériles, y ganó. Il Cavallino Rampante se meó en McLaren, en Alonso, en Hamilton y en todos. Otro año será, fenómenos. Italia gana, se hace justicia con Raikkonen, éste sí que tiene mala suerte normalmente, y ahora a hablar de otra cosa. Por cierto, he visto un rato la carrera y me he aburrido. Lo he intentado, pero ni en días como hoy me engancha esto.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Manía a la Alonsomanía

Esto no pasó con Induráin. Ni pasa con Nadal. Ni con Gasol. Ni con nadie. Sólo con Fernando Alonso. Todo el mundo entiende de Fórmula 1. Esas amas de casa hablando de una chicane. Esos notas largando de Hamilton, de su padre o de Ron Dennis (como Briatore ninguno) como si vivieran en el mismo bloque. Se habla más de coches que de fútbol, coño. Es tremendo. Que si la grúa que ayudó al negro, que si el asturiano le prepara el coche y el otro se copia o yo que sé. Sólo conozco a dos tíos que vieran la Fórmula 1 antes de 2002: mis amigos Julio y Pablo, los mellizos, dos clásicos, dos notas de 7 de la mañana si toca circuito asiático. La otra gran mayoría, na de ná. Todo mentira. Papanatismo. Y todo por un tipo que debe ser un genio, pero que tiene cero carisma, menos arte y mucho de sieso. A los fenómenos se les permite ser desagradables, pero al menos que tengan algo de gracia. Este sólo tiene mandíbula y una novia (o mujer) guapa pero con un cuerpo rarísimo. Hasta hieren ciertas conversaciones sobre el tema, con gente de lo más variopinta escupiendo clichés aprendidos leyendo el marca por encima o viendo a Lobato en Tele 5. En fin, un rollo. A mi me cae horrible este Alonso, pero amo el deporte (en mi definición de deporte no entran los coches) y la competición, y siempre que un tío tiene dificultades, va perdiendo y al final remonta; me gusta. Así que nada, que gane el asturiano, que el inglés quede tercero, y todos estos a la calle a celebrarlo. Pasadlo bien.

domingo, 14 de octubre de 2007

La sombra

Cuando vio que la sombra le oscureció empezó a dudar. Se dio la vuelta y retrocedió un pequeño paso, el único que había dado. Volvió por donde llevaba ya un tiempo caminando y decidió seguir como hasta ahora. Sin mirarla. Sin vacilar demasiado. Sin prisa. Firme para eludir un posible ataque a traición. La meta ahora no importa. Puede que nunca lo haga. Sólo le vale asegurarse de no recaer. No volver allí. Donde está, donde le espera, la sombra. Con su ancla, con su incógnita, con su amenaza.

martes, 9 de octubre de 2007

Otro ángel caído

Muy guapa para ser velocista y muy tramposa para ser una ganadora. Marion Jones (Los Angeles, 1975) ha confesado que se chutaba. Que le daba a la THG, al EPO... a leñas varias, vamos. Casi era vox populi y ya había dejado de lado algún campeonato para que no la cogieran, pero esta vez ha entregado la cuchara. Las cinco medallas que se llevó la princesa en los Juegos Olímpicos de Sidney, en 2000, son un bluf. Ya no existen. Las ha devuelto. Dos años de suspensión. Al carajo su carrera. Queda bajo sospecha todo lo que hizo, desde que despuntara con 15 años, cuando casi llega a Barcelona 92, hasta su intentona de hacer pleno en el Mundial de Sevilla, en 1999, cuando se quedó a medias y se lesionó (inolvidable esa imagen del bestia de CJ Hunter, su marido entonces, saltando desde la grada para ver que le pasaba a la muchacha). Después se casaría con Tim Montgomery, viva la endogamia, fracasaría en Atenas 2004 y poco más. Un nuevo ángel caído, y van demasiados. Ídolos de mentira que rompen mitos con la misma facilidad que se pican cualquier mierda. Mal asunto.

Banda Sonora: Mr Jones, de Counting Crows (superclásico).

lunes, 8 de octubre de 2007

Leyendas urbanas

"Que sí. Que lo tengo grabado. Que lo vi." ¿Si? trae la cinta mañana. "Bueno...eh... no sé donde está, la buscaré". (al día siguiente) "Illo, que la tiene mi hermano". ¿Pero tú lo has visto?... "bueno, yo no, pero mi hermano sí y es verdad..". Mentiroso. Esta conversación la tuve con cierta persona de Jerez de la Frontera cuando aquel episodio famoso de Ricky Martin, el perrito, la niña, la nocilla, Sorpresa Sorpresa... inolvidable ¿no? El colega juraba que lo había visto pero esas imágenes no se emitieron, sobre todo porque no existían. Es la leyenda urbana por antonomasia, al menos para mi generación; la que hizo que durante unos días en todo el país casi no se hablara de otra cosa. Después vinieron otros capítulos que nos dejaban a un Alejandro Sanz en el hospital con un botellín metido en lo que es el recto, o a La Oreja de Van Gogh admitiendo su ideología proetarra en el programa de Pedro Ruiz. Pues bien, algunos ya habréis oído la nueva, y si no, no me queda más remedio que exponerla aunque fomente estas ridiculeces: Javi Navarro (fornido central del Sevilla) y Jaime Cantizano (presentador de corazoneos varios) se han casado. ¿¿¿Cómo??? Ya uno hasta duda y con lo pesada que es la gente incluso le da un resquicio a la verdad del tema, pero suena a leyenda urbana total. No me lo creo. ¿Nadie ha hecho un estudio sociológico de todo esto? pues urge porque yo flipo con cómo de repente una ciudad entera no para de hablar de un bulo cualquiera. Se aceptan propuestas de nuevas leyendas urbanas, a ver si nos reímos un rato. Qué país!

domingo, 7 de octubre de 2007

11.49

El día que todo acabó estaba en ropa interior, mirando la cartelera y sin desayunar. Envuelto en la rutina. Nunca imaginó que el final llegaba en segundos. Sin demasiado ruido. Lógico y templado. Sigilosamente catártico. Entonces ni avanzó ni retrocedió. Viró sin remedio, en blanco, sin conocer el próximo desvío. Despistado, preocupado, aliviado, agradecido e inevitablemente triste e ilusionado.

viernes, 5 de octubre de 2007

Ciudadanos y educados

Me cago en el PP. Es lo primero que me sale. A partir de ahí os podéis imaginar como pienso. No es que sea un sociata cegado pero comulgo, bien traído el verbo, más con las ideas rojas que con las azules, muchísimo más. El caso es que llevamos meses polemizando por la asignatura de Educación para la ciudadanía, esa que según los fachas y muchos curas va a acabar con España, con nuestros valores, la familia (peligroso concepto) y casi que con nuestra vida. Papelito de esta gente. No sé que programa tiene la asignatura, pero no creo que sea demasiado incendiaria. Hablar de sexualidad, respeto a las opciones laicas o religiosas, o de pluralismo moral son buenos puntos de debate para chavales de instituto. Seguramente será una buena alternativa a la religión, que no deja de enseñar una versión interesada, una más, de nuestra historia. Por eso aplaudo este vídeo de las Juventudes Socialistas, que deja por los suelos a esos pijillos ridículos aunque sea con un argumento humorístico tan gastado como la ruletita del pasapalabra. Leña al mono que es de goma. A chuparla. Amén.

miércoles, 3 de octubre de 2007

El Caribe que viví

Los tópicos muchas veces son reales. La República Dominicana, como diría el lugar común, es una tierra de contrastes, donde apenas hay clase media y donde la miseria es vecina del lujo. Allí hay padres de familia con 14 años, casas de 20 metros cuadrados en las que viven 11 personas, y mucha, mucha hambre. También hay cincuentones blanquitos que tienen 3 o 4 mujeres, 3 o 4 coches, 3 o 4 casas y 3 o 4 de lo que quieran. La gente es excesivamente simpática, pues muchos ven en ti una oportunidad. Las mujeres te entran, pero seguramente no por guapo. Todo tiene precio allí. Hay casi tantas pistolas como teléfonos móviles y el que no conduce una jeepeta (todo terreno) no es nadie. La apariencia es una obsesión. La luz se va varias veces al día y encontrar una papelera no es fácil. Manejar (conducir) es como hacerlo en un videojuego macarra, sin reglas, sin respeto, sin nada. Eso sí, en ocho días no he visto un accidente. Ayer llegué a Sevilla y en diez minutos vi dos. Las cosas del Caribe. Santo Domingo es una ciudad viejísima, cuna del nuevo mundo, el orgullo nacional. Uno siente que está en un sitio especial, pero en el que casi todo se ha hecho mal. Los bares cierran a las 12 por la inseguridad, y los fines de semana a las 2. En la zona colonial hay un policía en cada esquina, pero es que están casi todos allí. El resto de la ciudad es una anarquía en la que la corrupción empieza por los propios agentes de la autoridad. Nada más aterrizar nos recogió un español y entrando en la ciudad le paró un policía. Quería dinero, no más. La vida parece muy complicada pero el índice de felicidad no debe ser muy bajo. Siempre ríen y Dios, el salvador, les ayuda. Su fe es extrema. Los dominicanos prefieren no trabajar a hacerlo en el campo o la construcción; para eso están los haitianos, sus vecinos pobres. En Santo Domingo un niño está contento si tiene un bate de béisbol. Es su mejor libro, su esperanza de hacerse millonario en Estados Unidos. En la costa este de la isla está Punta Cana, la de los anuncios de los periódicos. Palmeras, plátanos, arena blanca y agua turquesa, pero ni la arena es tan blanca ni el agua tan turquesa. Lo que yo he visto es un turismo de tatuaje tribal, de olor a cerveza derramada y trozos de pizza en la piscina del hotel. Un paraíso con estética de Torremolinos años 80, donde todo es mentira. En definitiva, un país encantador donde la lógica no existe. Supongo que volveré.