
Muy gracioso lo que le pasó anoche al Real de Madrid. Imagina. Vas tú con tu suficiencia
capitalina al
Bernabéu, a ver a ese todopoderoso equipo ganar y seguir líder
sobradete en Liga, tan tranquilo. El rival, un equipo de pueblo. El pueblo de al lado, el
Getafe. Paletos que dirían ellos. Entonces marca un gol
Robben, con Raúl en fuera de juego...y claro, como casi nunca se los anulan, pues allí que se van los
sobrevalorados muchachos del polvo de estrellas a celebrarlo a la
esquinita. Pero ayer no. El árbitro no da gol. Saca
rápido Belenguer (
ex Betis), la coge Casquero (
ex Sevilla), y el séptimo de caballería sale en tropel para que
Uche marque, con
Guti por los suelos y el resto mirando.
0-1. Resultado final. El
Barça a dos puntos.
Rídiculo en el
Bernabéu. La grandeza se demuestra admitiendo las miserias de cada uno.
Mijatovic, ese
orondo ex futbolista que larga veneno siempre, dijo que la culpa es del árbitro, que tenía que haber parado la jugada, ¿cómo? Ajo...y agua
Pedja. Mi padre lleva años contándome
mangazos del Madrid en el Ramón
Sánchez-
Pizjuán y yo he visto muchos en muchos sitios. Entended que hay que estar en contra de la galaxia si no se pertenece a ella. Para más ironía,
Woodgate (¿se acuerdan? el central inglés que compró roto Florentino) le dio un título al
Tottenham de
Juande (
ex Sevilla). Que arte
miarma. Pues sí, todavía me estoy riendo con el gol.